16 enero 2021

Eres la pieza que me falta.

 


     Siempre fracasé en el amor y por eso un día me prometí en lo más profundo de mi persona que despertaría cuando alguien me enseñase a amar. Y eso pasó. Que cuando andaba perdida te vi y desperté. Y ahora que estás aquí... voy a contarte algo. Préstame atención, por favor. 

     ¿Para qué quiero 7 vidas si yo sólo soy feliz en la que tú estás? Que he empezado a vivir la vida cuando tú apareciste. Hasta le tengo ganas. Tú me aportas valor con confianza y sin cuestionar(me) nada. Eres mis ganas de (querer) ser más fuerte. 

Y claro que te quiero, pero estoy rota.
Y tú no te mereces que alguien te quiera con el corazón hecho trizas.
Y me asusta que pueda perderte.
Y me muero si no estamos juntos, codo con codo.
Y contigo...
     mis sueños ya firmaron un siempre.
     aguanto el tipo.
     me siento en paz conmigo misma.
     no importa qué hagamos siempre que sea juntos.
     da igual cualquier bache.
     tengo el futuro en la punta de tus dedos, en la esquina de tus labios y en el filo de tu lengua.
     no quiero que perdamos el tiempo.
     no pierdo el tiempo y tú tampoco estás para que te hagan perderlo.
     quiero descubrirlo todo.
     que le jodan al resto.
     me valoro.
     no tengo miedo de planear en medio de cualquier contratiempo.
     no tengo miedo de surcar los mares aunque no nos vaya el viento en popa.
     el cielo entero es nuestro.
     
     Te prometo que no saldré corriendo cuando vengan mil tormentas. Ni cuando sean 100.000. Ni aunque sean infinitas. Estaré aquí hasta que quieras que esté. Incluso cuando no, también. Haré lo posible porque seamos 2. Tú y yo no somos 1, somos 1+1 queriendo estar juntos que se complementan a la perfección, como en un puzzle. Tú eres la última pieza. La que por muchas piezas que hayan siempre hará falta, la que por muchas que hayan no hay otra como tú, la que si no está deja un vacío enorme, la que sin ti mi puzzle jamás estará completo. Que no me valen piezas de otros rompecabezas aunque sean iguales. Que eres tú, que no hay otra. Tú no eres ni un juego ni mi pasatiempo favorito, pero sí mi pensamiento día y noche. Que prefiero estar en tus peores noches a que me des los buenos días. Eres de los que dejan huella y por la que me has dejado ya te debo casi la vida. Y si no me crees... mírame cuando miro nuestras fotos. ¿Crees que estos ojitos son capaces de mentir cuando estando contigo son los más felices que han pisado el planeta Tierra? Tú has hecho lo que nadie más ha hecho por mí. 

     Y desperté: 

     ¿Quién eres? ¿Este sueño ha sido real? Porque me estoy volviendo majareta al tener la sensación de que te volveré a ver. Seas quien seas, hasta siempre. Nos vemos pronto, espero. 

     Y volví a despertar, esta vez de verdad. Me desperté aturdida, con un fuerte dolor de cabeza y una horrible presión en la parte delantera de la sien. Estaba tan confundida que no distinguía qué había sido real y qué no. Lo peor es que un puto "¿quién eres? Me va a estar taladrando la perola todo el santo día. Varios incluso. Y cuando esté tranquila y todo el calma volverá a aparecer como lo hace ese amigo que llevas años sin ver, pero te da alegría y nostalgia aunque en ese momento no te venga bien. Pues más de lo mismo. Apuesto que cuando no me acuerde de él, se hará presente porque sabe que le llevo en las entrañas. Y que aunque haga como que no existe... sabe que le llevo dentro, muy dentro. Y que está deseando que nos encontremos.