Si algo he aprendido hasta en las entrañas es que hasta lo más dulce se puede volver amargo. Ahora mírame a la cara y dime que nada ha cambiado. ¿Qué hay de la vida que me quitaste? Pídeme de todo, menos que no (te) llore. Sentí tanto frío cuando me dijeron que te habías ido que envasé el corazón al vacío. Después, comenzó a arder todo lo que un día fui(mos). Eres esa herida abierta camuflada en cicatriz que no se ve pero que duele cada vez que se recuerda y que mezcla odio con amor. Eres la pérdida que más ansiedad me da y hay heridas que no voy a poder curar nunca y tampoco sé si quiero sanarlas si el precio a pagar es perderte de mi presente. Bueno, sí, sí lo sé. NO QUIERO. Eres lo que me hace continuar, la verdad. Que por mucho que me joda... ¿a quién pretendo engañar? Me enganché al Orfidal en contra de mi voluntad porque la bestia no es bella cuando bella ya no está. También he estado buscando estrellas fugaces, la más fugaz de todas ellas, por si de una vez por todas me cumple el puto deseo de que vuelvas conmigo, con. No te mentí cuando te escribí llorando que te quería con mi vida. Supongo que a final de cuentas me faltó sangre fría por pensar que yo era tuya sin saber si tú eras mío. A veces pienso que yo no soy para tanto con lo tonta que soy, con lo fácil que me rompo y más cuando me encierro a escribir estas mierdas en mi cuarto...
Quisimos volar tan alto y tan rápido que no tuvimos en cuenta los daños del impacto. Me estoy reventando la cara y el cora sin saber lo que valgo. Y maldita la hora en que me enseñaste a amar. Has dejado una huella que nunca me podré arrancar y menos si eso significa que tendré menos de ti conmigo. Me niego rotundamente. Que soy más feliz en una vida contigo que 100.000 sin ti. Y si es verdad que existe la casualidad en otra vida nos podremos encontrar de nuevo. Me sigues haciendo falta.
Quise ser la mejor para ti a pesar de que no encontré la manera te juro que lo sigo intentando. Te juro que lo estoy intentando con todas mis fuerzas. JODER, ¿PERO PARA QUÉ MIERDA TE VAS? ¡YO NO TENDRÍA QUE ESTAR ESCRIBIÉNDOTE ESTO A TI! A saber si algún día leerás todas palabras que plasmo aquí por y para ti.
¿Quién coño dijo que a un corazón roto hecho añicos sólo podía curarlo el tiempo. Mis cojones. A mí que ese personaje te traiga de vuelta a ti y que se quede con todo el tiempo que me pertenezca y que desee. Si te vieras desde mis ojos comprenderías cada una de estas palabras. Sólo con mirarte ya me siento tan bien...
¿Esta noche pasarás a visitarme, papá? Te quiero.