18 mayo 2021

MI PRESENTE NO ES PASADO PISADO.



     Tengo algo que contarte...

     Todo el mundo se empeña en que te deje en mi pasado cuando todo lo que quiero es que estés y seas mi presente más presente que nunca. Porque cada segundo que pasa más me haces falta. Te necesito en mi aquí y en mi ahora. Eres el dónde, el cuándo, el por quién y el motivo por el cual yo avanzo todos los días. Eres mis fuerzas y mis ganas. Eres el hombre de mi vida y mi mayor orgullo. Eres mi brújula, porque cuando más perdida me siento más me ayudas a encontrar el camino correcto. Y... ¿sabes qué? Que allá donde vaya te llevo conmigo. Y siempre me arrepentiré de no haber aprovechado más el tiempo contigo, aunque una eternidad será demasiado poco tiempo. Me faltarían vivir incontables vidas para que yo no quisiese tenerte en algunas de ellas. Porque no podría vivir sin ti. ¿Cómo hacerlo si mi vida eres tú? Ojalá volver al día en que te conocí.

     Te debo muchísimas conversaciones últimamente porque me da miedo que las tengamos por si fueran limitadas y pudieras (des)gastarte. Quiero tenerte todo el tiempo que pueda con la máxima intensidad. Me dijeron que algún día terminarás yéndote de mi lado, que dejaré de soñar contigo y que podré pasar los días, semanas, meses y años sin pensar en ti, que a fin de cuestas e(re)s cuestión de tiempo. JODER, QUE NO. NO QUIERO ESO. Lo que quiero es llevarte por bandera en cada paso que dé. Que sé a ciencia cierta que tú moverías cielo y tierra por encontrarme, pero es que ahora soy yo la que no quiero mover ni un solo átomo de mi cuerpo si no es contigo de la mano. Que no entienden que me duele cada segundo que no estamos juntos. Que sigo echando de menos tus conversaciones llenas de inteligencia. Que no sé hacer de tripas corazón cuando se trata de ti. Yo ya no quiero empezar de cero si en ningún comienzo estás tú. Me acariciaste las manos, la cara y el alma de una manera que nadie más me supo hacer. Prefiero estar en esta "cárcel" que asimilar tu ausencia. Porque de la cárcel acabaré saliendo, de tu ausencia no.

     También me dijeron que tirase tus fotos para no tenerte tan a la vista, pero es que es observarlas y... jamás lo haré, ni aunque recuerde viejas secuelas, ni aunque te cueles como agua entre mis grietas inundándome, ni aunque me paralice el alma. Y a pesar de que ahora mi interior son heridas abiertas que no dejan de recibir sal cuando le hablo de ti a alguien que no ha perdido a la persona que más ha querido y que más le ha querido, que no ha perdido a la persona que le llevase a lo más alto hasta asustarse de la impresión.

     Tengo mariposas que ahora son serpientes cada vez que me recuerda que este "hasta luego" es un "hasta nunca" porque dicen que no vas a volver. ¿Qué demonios saben ellos de las conversaciones, los abrazos y los besos que tenemos casi todas las noches? ¿Qué demonios saben ellos de nuestros "te quiero" y de nuestros "te echo de menos"? ¿Qué demonios saben ellos de lo que me haces sentir y de lo que me guías cuando me pierdo? ¿Qué demonios saben ellos de que eres el único que está siempre incluso cuando no estoy ni yo? ¿Qué demonios saben de aguantar el dolor cuando no te han vivido? ¿Qué demonios saben ellos de... ti y de nosotros? Que si me imagino un futuro tú sigues estando en él. Y que me dejen de cuentos, que yo estoy muy bien sin esas personas "cuerdas". Que les den fuerte, que aunque las noches sean grises... se colorean cuando te pienso y/o nos vemos en sueños.

     Y ahora no sé qué haría si te volvería a conocer sabiendo que me faltarás tan pronto o si te evitaría para no encontrarme con este desastre que nunca debió suceder. Pero es que lo complicado engancha y lo bonito tiene un fin. Y no seré capaz, jamás, de olvidarte en ninguna de las opciones cuando te pienso todas las noches y te lloro poco a poco (a veces mucho a mucho). Nunca te dejaré ir ni aprenderé a hacerlo. Prefiero tenerte a vivir, morir a tener que vivir sin ti. Que quiero volver a lo de antes, a presumirte, a mirarte... Seguiré esperando tu respuesta a sabiendas de que esta esperanza no sea buena, aunque sí es una buena excusa para no creer que es el final. Pero aquí estoy, aferrada a la idea de que nunca me sueltes de la mano sin que te sientas obligado ni yo te parezca una egoísta por quererte conmigo constantemente.

     Si tú estuvieras en mi piel y sintieras unos pasos que no ves o si tan solo supieras el miedo que me da cuando llega la noche y que sea yo la que está llorando hasta acabar temblando... Aun así, no me iré de tu vera. Porque pienso que no hay mejor abrigo que tú para esta piel. Y supongo que así es la vida y que seguiré extrañándote aunque tú no quieras saber de mí esas temporadas en las que no nos vemos. Pero no me va a ir mejor sabiendo que no te volveré a ver en vida. Y me sigo quedando contigo aunque me hagas daño y no sonría cuando tu ausencia me pesa tanto. Tú jamás morirás del todo mientras yo exista. Ya no es lo mismo, estoy más triste y ahora no me gusta celebrar mi cumpleaños ni fiestas (a las que iba porque estabas tú) sigo aquí conviviendo con tanto daño. Y no me arrepiento ni un segundo que haya invertido en ti aunque ya no note el paso del tiempo. Y que por muy lejos que te encuentres... yo siempre te tengo aquí. Porque estás aquí, conmigo. Porque estoy aquí, contigo. Que quiero que pienses que con solo verte me pongo contenta y y me apetece que me respondas cosas sobre ti aunque ya las sepa. Cuéntame tu vida, tus penas, tus alegrías cuando quieras, prometo estar atenta. Cada vez que estoy contigo me planteo si es real o estoy soñando. Puede que algún día no te encuentre y entonces la casa estará vacía, y yo también, pero no hay nada más bonito que ese abrazo nuestro que borra el pasado de golpe cuando todo va mal.

     Supongo que nunca supe explicarte que me moría sin ti, y que era (y soy) feliz contigo. Eres mi abrigo y refugio. ¿Y si me vino grande tu alegría? Pero si te (ad)miraba de reojo como a un dios y ahora lo que veo son tus fotos. Después de conocerte... ¿Dónde quieres que vaya ahora si el único sitio que me hacía feliz eran tus abrazos? Yo quería recorrer el mundo contigo, pero solo soy una niña de campo a la que le queda grande los surcos de tu vida. Contigo era yo sin complejos y creía en ti mucho más que en mí. Que no había un tú sin un yo, ni un yo sin un tí. Era un nosotros. Que estoy rota en pedacitos aunque me vean completa. La verdad es que de esto he aprendido que un corazón, aunque viva en la Antártida no se congela, puede seguir siendo fuego. O igual soy yo, que me he vuelto un defecto de fábrica y en esta cabecita loca está deformada la realidad contra la que lucha por amor a esa felicidad. Y es en ese instante cuando me siento bien, lo tengo claro como una fuerza que te da alas, como estar viva cuando "solo respirando" es mi mood diario. Y además, tu compañía me sigue pareciendo casi un milagro. Que aunque te hayas despedido quieras hablar conmigo, ayudarme, aconsejarme... Y es ahí donde me doy cuenta de que tengo razón al decirte que te necesito más de lo que pienso. Con tus encuentros es cuando más normal me siento, aunque sea por unos minutitos. Y es ahí donde puedo con todo y soy capaz de apartar mis tormentas para dejar ver unos rayos de sol.

     Me dijeron que ser fuerte es esconder tus sentimientos. Entonces soy una cobardica de pandereta. No pienso esconder todo esto que he estado fingiendo que ni tengo ni siento. Se acabó el vivirlos en silencio para que nadie los vea. Se acabó el camuflar mis complejos con falsas sonrisas que no llevan a ninguna parte. Se acabó el negar mis miedos como si no tuvieran que ver conmigo de una forma insana. Son éstos los quienes me definen, incluso más que mi valentía. Me aterra la idea de hacerle daño a las personas que quiero y es por eso que siempre me he movido entre las sombras a sabiendas de que soy luz. Y me avergüenzo de no ser capaz de lidiar con mi caos sintiéndome menos un fraude aunque me halaguen por algo. Miedo a que descubran que todo eso que creen bueno de mí no es cierto, que sólo soy descomponiéndome a cachitos. Ahora los acepto y me los quedo porque a fin de cuentas son ellos los que me hacen mover el culo para cumplir mis sueños. Son por ellos por lo que yo te sueño. Piénsalo. Seguramente si no tuviera miedo a perderte no te buscaría ni en contraría en cada esquina, en cada emoción, en cada instante, en cada persona... Ayer no pude porque el miedo me hundía cuando creía que me abrazaba. Hoy sí que puedo con ellos. Hoy huyen cuando ven que sufro sin rendirme.

     Antes me imaginaba que la definición de guerrera me definía y... qué ilusa. Nadie que se rinda puede llamarse guerrero/a. Y prefiero no serlo, porque huiré de cualquier enfrentamiento contra ti o contra cualquier cosa que ponga distancia de alguna forma entre nosotros. Me rendí hace mucho tiempo, a pesar de ahora ya no, no se puede ser una guerrera a ratos. O se es siempre o nunca. No hay términos medios. Sé que tarde o temprano la cabeza me volverá a fallar, me volverá a traicionar y caeré. No tengo derecho a llamarme guerrera, porque volveré a caer.


     PERO AHORA...

"Déjame llorar al menos antes de saltar

del abismo que produce imaginarme que no volverás.

Déjame llorar, te he dicho.

Es como si alguien muere, pero no hay cuerpo ni hay nicho

porque está vivo y se ha ido porque ha querido,

pero tienes que echarlo de menos como a un fallecido."

Ambkor.



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